Muchos diseñadores rechazan instintivamente los horarios fijos, considerándolos sofocantes para la creatividad. Sin embargo, un número cada vez mayor está teniendo éxito con un enfoque colaborativo llamado “planificación pull”, derivado del sistema Last Planner® (LPS®), desarrollado en la década de 1990 por Glenn Ballard y Greg Howell. Este método no impone plazos; revela cronogramas realistas a través del compromiso colectivo.
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El problema de la programación tradicional
La planificación de proyectos tradicional, como la programación del Método de ruta crítica (CPM), a menudo no logra acelerar los resultados del diseño, incluso con mayores recursos. Los diseñadores frecuentemente estiman de manera inexacta o se resisten a las limitaciones de tiempo, lo que genera retrasos. Los clientes, como cualquier consumidor, quieren fechas de finalización predecibles, pero el trabajo creativo rara vez se ajusta perfectamente a plazos rígidos.
El problema central no es la falta de esfuerzo; es una desconexión entre cómo se planifica el trabajo y cómo fluye realmente. Los diseñadores a menudo citan que los cronogramas “abaratan” su proceso, mientras que los contratistas hacen estimaciones vagas como “aproximadamente dos semanas”. Esta desconexión socava la eficiencia y la confianza.
Cómo funciona la planificación de extracción
LPS® es un marco “pull”, lo que significa que el trabajo se inicia en función de las necesidades posteriores en lugar de ser impulsado desde tareas anteriores. Implica reunir a todas las partes interesadas (arquitectos, ingenieros, propietarios) para definir en colaboración la secuencia de tareas, dependencias y duraciones realistas.
Esto se hace a través de conversaciones estructuradas guiadas por estas preguntas:
- ¿Deberíamos hacer esto? (Alineación estratégica)
- ¿Podemos hacer esto? (Disponibilidad de recursos)
- ¿Haremos esto? (Compromiso)
- ¿Hicimos esto? (Responsabilidad)
- ¿Qué se aprendió? (Mejora continua)
Estudio de caso: Un proyecto hospitalario gana dos meses
Un ejemplo reciente en un gran hospital demuestra el impacto. Después de una pausa de 30 días relacionada con la COVID, el equipo de diseño enfrentó un retraso acumulativo de dos meses en un proyecto programado para brindar atención al paciente en menos de tres años. Los métodos tradicionales no lograron recuperar el tiempo perdido.
La implementación de LPS® en una pequeña sesión de prueba con el equipo de diseño reveló la clave: aclarar qué es lo que los equipos posteriores necesitaban para progresar, en lugar de simplemente indicar cuándo los entregables estarían listos. Esto llevó a presentar los planos de permisos del sitio días antes de lo previsto en el cronograma original del CPM.
Ampliar las sesiones para incluir al propietario resultó en una aceleración de casi dos meses de la fase de diseño civil. El equipo redujo 44 días laborales del cronograma, lo que equivale a 1,32 millones de dólares en ahorros en costos de diseño a una tarifa combinada de $1000 por día.
El papel del último planificador®
El “Last Planner®” es la persona directamente responsable de asignar el trabajo y tomar decisiones sobre recursos. En diseño, suele ser el arquitecto del proyecto, el líder de la disciplina o el ingeniero jefe. En la construcción, es el superintendente, el director de obra o el capataz.
La implementación efectiva de LPS® requiere un facilitador capacitado para navegar la dinámica del equipo y descubrir limitaciones ocultas. El sistema se nutre de la transparencia, la responsabilidad y el compromiso compartido de entregar un trabajo de alta calidad a tiempo.
Resultados a largo plazo
En última instancia, el proyecto del hospital logró una mejora en el cronograma de diseño de diez meses, lo que redujo el cronograma completo del proyecto de 36 a 26 meses. El equipo de diseño ahora incorpora activamente LPS® en cada sesión, refinando continuamente su flujo de trabajo.
La conclusión clave no es solo una entrega más rápida, sino un cambio fundamental en la forma en que los equipos de diseño abordan la programación: de la resistencia a la colaboración. Al centrarse en compromisos confiables y el aprendizaje continuo, LPS® transforma los plazos de limitaciones en oportunidades de mejora.






























